En estos tiempos tan confusos -por mentirosos, por traicioneros- es un alivio y un orgullo ver como la familia sale adelante. Y no por inercia ni por herencia (ostias, que rima más chunga), sino por ganas, por fe en uno mismo, por respeto a tu pasado. Hay tanto mediocre suelto a nuestro alrededor, que el talento, por pequeño o esporádico que sea, se cotiza al alza.
Y todo se resume en mirarte en el espejo y saber quién eres, sin fustigarte por los errores ni subirte a la parra por los aciertos. Y en no dejarte acobardar por el menosprecio de los mediocres, cuya vara de medir es su propia estupidez.
¿Y esto a que viene, filósofo? Ah, amigos, la vida y el fútbol siempre van de la mano. Y si es el Espanyol, más todavía.
Espanyol 2 – Levante 1
Veinte minutos de escándalo. Así. Un lujo en Cornellà. Un equipo que puso velocidad de crucero y aplastó a su rival, que no sabía cómo ni por dónde lo iban a arrollar en la siguiente jugada. Y, aunque Verdú es el hombre del partido, creo que por fin podemos gritar en voz alta que hemos hecho un buen fichaje: Dátolo.
Dátolo, guapuuuuuuuu |
En su primer partido de verdad, vimos a un jugador que desborda, que piensa, eléctrico cuando corresponde y vertical, siempre mirando hacia arriba. Cuanto necesitábamos algo así.
Luego seguimos con la misma película de miedo de siempre, la clásica bajona de la segunda parte. Esto no seria un problema si se reflejara en el marcador la voracidad de los primeros 20 minutos. Estaríamos leyendo en la prensa deportiva ese párrafo clásico: “el Espanyol manejo el tempo del partido en la segunda parte, dejando metros al rival para finalizar con un contraataque que dejo el marcador en un 3-0”. Jajaja, y un cuerno.
Nuestra manifiesta dificultad de hacer goles (noticia: ¡gol de Callejón!) hace que vivamos segundas partes de infarto. Y no lo digo por mi, no, si no por los más de 26.000 asistentes al partido de ayer, que vivimos más de 15 minutos acongojados, contra un rival con diez jugadores cuyo único argumento ofensivo eran los balones a la olla y a ver que sale.
Tenemos una ilusión tremenda. No dejemos que estos tiempos azorosos nos borren la sonrisa.
Paul Shirley, otro tío grande
Si ustedes no han leído aún ningún artículo de este señor, háganlo. Aunque no les guste el baloncesto ni la NBA, como es mi caso. Un ratillo de diversión, ironía y desparpajo garantizado cada semana.
Nos podrias explicar la foto de hoy???
ResponderEliminarBueno, no tan solo tenemos buenos jugadores, también tenemos metrosexuales (¿aún se lleva eso?). Y cuando Poche se pone el traje, el entrenador más elegante del mundo, con permiso de los italianos y de Guardiola.
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarLa verdad es que sólo he visto los goles y no puedo opinar sobre el partido, pero por lo que dicen los entendidos de la prensa (WTF?), parece que vais lanzados. Ya veremos ...
Sobre el artículo que linkas, a pesar de ser sobre la NBA, es interesante (¿quizás porque la NBA sólo es la excusa para hablar de algo más profundo? Qué coño, "quizás", no; seguro que es por eso).
Salut!
Ho haveu vsit? A un punto de la Champions League. ¿Es el Espanyol el nuevo Mallorca, un equipo imbatible en su campo?
ResponderEliminard1
Hay feeling en Cornellà equipo-seguidores, y eso es media victoria. Esperemos a que acabe la primera vuelta para valorar a que puede aspirar este equipo.
ResponderEliminarmaccacus,
ResponderEliminarPaul Shirley es una risa. Un tipo con un peculiar sentido del humor que dispara a todo lo que se mueve. Imperdible.
bueobuenobueno, como Callejón empiece a enchufar ya sí que no sé qué puede pasar.
ResponderEliminarayer vi a aldo en el 33 y realmente me quedó la duda de quién es más quillo, si él o Osvaldo
(Tengo un artículo a medio preparar, veste tocando)
Pues venga, esta es la casa gran del periquitismo, jojo.
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